Páginas

miércoles, 29 de agosto de 2012

Culpable

Esperar a que dejes de mentir, solicitar una cláusula de aprendiz. No eras lo mejor que me pudo pasar, un montón de cabos sueltos que no pude atar. Esperar a que dejes de sufrir, solicitar una visa para no morir. Nunca me gusté, mas hoy me puedo ver. Cada uno en lo suyo para no llorar después

No me culpes, por favor. No te asustes, es mejor. No eras lo mejor que me pudo pasar, un montón de cabos sueltos que no pude atar. Nunca me gusté, mas hoy me puedo ver. Cada uno en lo suyo para no llorar después.

No me culpes, por favor. No te asustes, es mejor.


8 de Septiembre, te estoy esperando.

viernes, 24 de agosto de 2012

Quizás así sea mejor

Si te soy sincera completamente, puedo decirte muchas cosas. Por ejemplo, que aún no te olvido por completo, que aún no te supero del todo, que en estos dos meses sin ti he llorado un par de veces y me he amargado, que me han dado ganas de subirme a un bus e ir a buscarte, retomar todo. También puedo decirte que hay momentos en los que me siento culpable de la ruptura, aún sabiendo que ambos somos responsables. Puedo decirte que me duele la distancia, que cada vez que escucho una canción que me recuerda a ti, mi corazón se siente reprimido y me falta el aire. 


Pero... ¿Sabes algo? también sé que hice todo lo que estaba a mi alcance, es más, hice cosas que jamás pensé que haría por alguien, hice cosas que nunca imaginé estarían a mi alcance, porque en realidad no lo estaban, pero el amor que sentía por ti era mucho más que eso. Dejé mi orgullo de lado, incluso llegué a humillarme por ti. Y tú no hiciste nada, solo me diste falsas esperanzas de querer arreglar todo, cuando en realidad... creo que jamás fue tu intención.


jueves, 23 de agosto de 2012

Stairway to heaven

Hay una dama que está segura de que todo lo que reluce es oro, y va a comprar una escalera al cielo. Cuando llegue allí ella sabe, si las tiendas están cerradas, que con una palabra puede conseguir a lo que venía. Y va a comprar una escalera al cielo.
Hay un letrero en la pared, pero quiere estar segura, porque ya se sabe que a veces las palabras tienen un doble significado. En un árbol junto al arroyo hay una pájaro que canta. A veces nuestros pensamientos son dudosos. Me hace pensar.
Siento una cierta sensación cuando miro hacia el oeste y mi espíritu grita por irse. En mis pensamientos he visto anillos de humo entre los árboles y las voces de los que se quedan mirando. Me hace pensar. De verdad, me hace pensar.


Y se murmura que pronto, si todos llevamos la batuta,  el flautista nos conducirá a la razón. Y amanecerá un nuevo día para los que resistan. Y en los bosques resonarán las risas. Si hay alboroto en tu cercado no te inquietes, sólo es una limpieza a fondo para la reina de mayo. Sí, hay dos sendas que se pueden seguir, pero a la larga aún se está a tiempo de cambiar de camino. Y eso me hace pensar.
Tienes la cabeza aturdida y no funcionará. Por si no lo sabías, el flautista te llama para que te unas a él. Querida dama, ¿oyes soplar al viento? ¿Y sabías que tu escalera está en el susurrante viento? Y mientras serpenteamos por el camino, nuestras sombras más altas que nuestra alma, por ahí anda una dama a la que todos conocemos que irradia luz blanca y quiere enseñar cómo todo aún se convierte en oro.
Y si escuchas atentamente, la melodía te llegará al final. Cuando todo sea uno y uno sea todo. Ser una roca y no rodar.
Y va a comprar una escalera al cielo.

jueves, 16 de agosto de 2012

No te quiero, olvidar.

Es tarde, afuera hay temporal, pareciera que el viento se va a llevar mi ventana, está lloviendo, escucho música suave. Y tu recuerdo vuelve a aparecer. Todos los recuerdos vuelven a aparecer. Los sentimientos machacados, el corazón pisoteado, el mar de lágrimas, el aire casi ausente. Vuelvo a odiarte por hacer que te extrañe tanto. Vuelvo a amarte. Vuelvo a extrañar cuando me besabas. Vuelvo a odiar la distancia que nos separó. Escucho canciones que nos dedicábamos. Mis ojos luchan para que el llanto no aparezca, empieza a faltar el aire, cuesta respirar, duele el pecho, estrujan mi corazón. Tu recuerdo estruja mi corazón, mi corazón que es tuyo en absoluto, y lo será por mucho tiempo. Una lágrima cae sobre mi cuaderno y me avisa que muchas la seguirán, que me espera una larga noche, que hoy me ahogaré nuevamente.

¿Qué es esto? Esto que me hace ignorarte, rogarte, querer intentarlo de nuevo, no querer verte más, querer correr a abrazarte, querer gritar que te amo, no querer saber nada más de ti. Esto que me hace amarte y odiarte.


Te odio, te amo, te extraño, te odio, te olvido, te quiero, te odio, te lloro, te amo, te extraño, te supero, te adoro, te lloro, te vuelvo a amar. Y todo aquello en un solo segundo. El amor que siento por ti es tan extraño. No, no es el amor que siento por ti, el amor en sí es extraño. Y ya no sé qué hacer para sacarte de mi corazón, si mientras más lucho, más te quiero, más te extraño, más te odio por no estar aquí.

viernes, 3 de agosto de 2012

Te fuiste, y no volverás.

La luna y un cigarro eran mis compañeros esa noche. Miraba mi celular cada dos segundos, no sonaba, nadie llamaba, tú no llamabas y me costaba asumir que ya no lo harías, que nunca más vería tu nombre en mi celular. Veía todo borroso, las lágrimas en mis ojos no me dejaban ver nítido.

“¿Por qué?” gritaba mi corazón en cada suspiro. ¿Por qué? ¿Por qué se acabó? ¿Por qué así? ¿Por qué no estás? ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué siento que la vida se me va si no estoy contigo? ¿Por qué nos pasó esto? ¿Por qué a nosotros? No entendía nada, absolutamente nada. Solo quería despertar de esta pesadilla horrible.

Cuando partiste, no solo te fuiste tú, también llevaste contigo mi corazón, mi alma, nuestros sueños, nuestros proyectos. Te llevaste todo lo que valía la pena, solo dejaste el recuerdo, y el sabor amargo de saber que me esperaba un futuro incierto sin ti a mi lado. No tenía ganas de seguir si no era contigo. No me interesaba vivir si tú no estabas en mi vida.

Miraba tu foto y mis lágrimas caían sobre la tierra seca de verano. No podía evitar llorar, sentir que el aire me faltaba, que me ahogaba, que estrujaban mi corazón. Me paré de la banca como pude, mis piernas tiritaban, casi no podía sostenerme sola. Di dos pasos, subí un pequeño escalón y me recosté con cuidado en el cemento.

No podía asumir que nunca más me ibas a abrazar, nunca más me ibas a besar, nunca más íbamos a pelear por tonterías, nunca más caminaríamos de la mano, nunca más me dirías que yo era todo en tu vida, que me amabas, nunca más me mirarías a los ojos, nunca más saldríamos a caminar, nunca más planearíamos nuestra vida juntos, nunca más escucharía tu risa, tu voz. Nunca más vería tu rostro.

El llanto no cesaba y mucho menos el dolor. Sin darme cuenta caí en un sueño profundo, allí, con la luna mirándome, sobre tu tumba.